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lunes, 28 de mayo de 2012

La persona en Romano Guardini (I). Las fuentes

Recientemente ha publicado Juan Manuel Burgos un volumen titulado Introducción al personalismo (Palabra, Madrid, 2012). Como ya hiciera en su anterior libro El personalismo (Palabra, Madrid, 2000), sitúa a Guardini como un representante de esta corriente antropológica. Traigo a colación esto, porque hoy empiezo una serie de entradas en la que analizaré el concepto de persona en Romano Guardini. En esta primera analizaremos las fuentes, es decir, los grandes textos de la obra de Guardini donde se aborda el tema de la persona.

Hace un par de años participé en unas jornadas sobre la persona organizadas por la Universidad Abat Oliba CEU que llevaron el título de Persona: historia y grandeza de un concepto. Mi comunicación versó sobre el concepto de persona en Romano Guardini. Tanto este trabajo como el resto de comunicaciones y las ponencias se publicaron en la revista Espíritu (LIX, 2010, nº 139). La persona en Kant, Lutero, Tomás de Aquino, Antonio Millán-Puelles, son algunos de los temas que examinaron en estas jornadas de la mano de ponentes tan caulificados como Ignacio Andereggen, Berthold Wald, José Juan Escadell o Leopoldo Prieto. Quien quiera profundizar en el tema aquí tiene una buena fuente. Bien, pues mi comunicación sobre Guardini se basó fundamentalmente en Mundo y persona (Encuentro, Madrid, 2000), sobre todo su segunda parte, páginas 93-166, y La existencia del cristiano (BAC, Madrid, 1997), fundamentalmente el apartado de "La persona cristiana", páginas 417-504. Creo, sin embargo, que el trabajo debería ser revisado y completado a la luz de otra fuente que no consulté en su día. Se trata de las páginas (149-186) que dedica Romano Guardini al tema de la persona en el volumen Ética. Lecciones en la universidad de Munich (BAC, Madrid, 2000). Estos tres textos más El contraste. Ensayo de una filosofía de lo concreto-viviente (BAC, Madrid, 1996), son los claves para el estudio sistemático de la persona en Guardini. No quiero decir que aquí esté expuesta toda su antropología, pero sí, donde analiza el tema de la persona orgánicamente. Habla de ella en otros escritos de manera ocasional. Estoy pensando, por ejemplo, en el Derecho a la vida humana en gestación, El ocaso de la Edad Moderna, o incluso en algunos escritos espirituales. En próximas entradas analizaremos la noción de persona a la luz de estas fuentes, y por supuesto, estoy abierto a que otros me indiquen otros textos claves.

domingo, 20 de mayo de 2012

Tres escritos sobre la universidad

Se acaba de publicar, febrero 2012,  el volumen Tres escritos sobre la universidad de Romano Guardini. El texto ha sido traducido por el Prof. Dr. D. Sergio Sánchez-Migallón del Instituto de Antropología y Ética de la Universidad de Navarra quien también ha supervisado la edición. El libro lleva el sello de EUNSA, que lo ha acogido en su colección Astrolabio, en la sección de antropología y ética. En él podemos encontrar tres pequeños ensayos sobre la universidad de origen muy distinto. El primero es el texto de la homilia pronunciada en la Iglesia de San Ludwig de Munich (su foto ilustra la portada), el 8 de mayo de 1949, con ocasión de la inauguración del semestre de verano. El contexto religioso para el que fue redactado condiciona el escrito que, sin embargo, puede ser extrapolado sin problemas al ámbito meramente académico. El siguiente párrafo puede resumir su contenido:

"Redescubrir continuamente, fundamentar y enseñar una y otra vez que la fecundidad y nobleza de la existencia humana descansan en la grandeza de la verdad; pero esa grandeza, por su parte, solo está garantizada por la santidad de Dios, y ningún impulso congnoscitivo se mantiene íntegro si en su núcleo no es piadoso. En la medida en que la universidad olvida esta misión, pierde su sentido." (22)
El segundo ensayo, que lleva por título "La responsabilidad del estudiante para con la cultura", es una conferencia que pronunció Guardini el 3 de mayo de 1954 en un congreso de estudiantes en el que también participó Max Horkheimer. Aquí el contexto determina también su contenido de tal modo que nos encontramos con un escrito mucho más extenso que los otros dos, y donde Guardini puede profundizar y explayarse más cómodamente al examinar la cuestión de la universidad. Posee tres secciones: La tarea del conocimiento, Examen de conciencia, La responsabilidad mayor. En la primera esboza lo que entiende son las cuatro funciones de la universidad: a) ámbito de libertad entre los periodos de enseñanza media y el ejercicio profesional que le es dado al joven para entrar en contacto con la totalidad de la vida; b) preparación al mundo laboral; c) la universidad como lugar de investigación; c) por último la universidad como búsqueda de la verdad. En la segunda parte examina los fines anteriores somentiéndolos a un duro interrogatorio en orden a evidenciar cómo se encuentran estas funciones en la universidad. En la tercera parte retoma un tema que aparece en ensayos como La cultura como obra y riesgo o El ocaso de la Edad Moderna, en la que critica el mito del eterno progreso y denuncia que todo progreso contiene dos posibilidades: la del servicio a la verdad del hombre o la de su posible traición. La libertad humana debe decidirse una y otra vez en cada conquista científica y técnica.

 El tercer ensayo, es un manuscrito incompleto, que data de 1965, Guardini tenía entonces 80 años. Se llama "¿Voluntad de poder o voluntad de verdad? (La cuestión de la Universidad)".  Despúes de evocar la historia del siglo XX de la que ha sido testigo y comentar la filosofía de los valores desarrollada por Scheler y Hartmman vuelve a temas conocidos como el poder y sobre todo la verdad que debe guiar y normar toda la actividad científica.

Conocía estos textos en su traducción italiana publicada por Morcelliana en de noviembre de 1999. Esta editorial está traduciendo la Opera Omnia de Guardini en colaboración con la Académica Católica de Baviera depositaria de las obras de Guardini. Celebro que ya podamos disponer de ellos en castellano. Con su publicación se confirma la tendencia en los últimos años de reeditar las obras de Romano Guardini y publicar nuevas traducciones.

domingo, 13 de mayo de 2012

Guardini y la unidad substancial de alma y cuerpo


Hace unas semanas tuve la oportunidad de volver a releer con unos amigos el ensayo El ojo y el conocimiento religioso que se encuentra en el volumen Los sentidos y el conocimiento religioso publicado por Ediciones Cristiandad junto con otros ensayos en una edición de 1965. Guardini se propone en este escrito profundizar, desde un punto de vista filosófico, en el pasaje de la Epístola a los Romanos 1,19-21, donde se habla de la posibilidad del conocimiento natural de Dios. Ahora bien, en el trascurso de su investigación nuestro autor hace algunas afirmaciones que me gustaría traer aquí en relación a la unidad substancial de alma y cuerpo.  Guardini está convencido que la sensibilidad misma está transida de espiritualidad y que el conocimiento humano no funciona de manera mecánica sino en la unidad de un mismo proceso espíritu material. Concretamente dice:

“‘Ver’ –o tal vez debamos decir, más exactamente, ‘mirar’,- significa  por lo pronto, y de manera radical, ser afectado por la aparición sensible del objeto y ser invitado a comprender su contenido.” (27)
De tal modo que cuando veo una planta no considero en primer lugar los datos cualitativos y posteriormente detecto su forma vital alcanzado su esencia:
“Es falso afirmar que el ojo comprueba en la planta solamente meros datos sensitivos, en los cuales el entendimiento introduciría más tarde el concepto de vida. El ojo ve esa vida misma.  Más aún, la ve incluso con anterioridad a todos esos datos en sí.” (28)
Romano Guardini afirma que el hombre vive en su mirada. Es decir, toda la lucha interior que se da en él incide en su sensibilidad. Esto se hace evidente en la mirada, que no es un ver meramente sensible, sino marcadamente espiritual:
“El hombre vive en su mirar –lo mismo que en su oír, hablar, actuar-. Por ello, todos los problemas de su vida se repiten en su visión. Las cosas no ocurren como si el hombre, por ejemplo, fuese asediado por el instinto y el egoísmo, luchase contra ellos, intentado alcanzar la verdad y la justicia, o cediese a ellos, haciéndose esclavo suyo –y por lo demás, y junto a todo esto, hiciese también uso de su ojo-. Por el contrario, tales luchas se desenvuelven en el empleo de ese mismo ojo.” (32)
Por ello, en ese mirar, ya hay un espíritu que se posiciona frente a la realidad, frente al mismo hombre, reduciéndolo a cosa o descubriendo su misma alma que se manifiesta y se expresa en la corporalidad.
 “Siempre que miro a un ser humano, veo – con mayor o menor claridad, de un modo más o menos pleno- su alma. Cuando esto no ocurre, dejo de ver –exactamente en la misma medida – un ser humano, para ver tan sólo algo útil o deseable, un aparato técnico o un organismo.  A mí me parece, incluso, que cuando mira a un hombre, veo su alma antes -y, en todo caso, con más fuerza y de manera más decisiva – que su cuerpo. Veo su cuerpo sólo en ella, iluminado, dominado, caracterizado por ella.”(30)

lunes, 7 de mayo de 2012

Conocer al hombre desde Dios

José Manuel Fidalgo publicó en EUNSA en 2010, un trabajo sobre Romano Guardini que hoy me he propuesto reseñar muy brevemente. Con esta entrada doy inicio a una de las actividades claves de este blog, que será el comentario de la reciente bibliografía sobre Romano Guardini. El título de la obra de la que hoy nos ocuparemos es el siguiente: Conocer al hombre desde Dios. La centralidad de Cristo en la antropología de Romano Guardini. El libro está basado en la tesis doctoral que el profesor Fidalgo defendió en su día (2009) en el Ateneo de la Santa Croce. Sin embargo, esto no pesa en la lectura y disfrute del mismo, pues el volumen auna de manera sorprendente el rigor académico con una lectura clara, fácil y muy amena. Partiendo de la crítica a la Modernidad donde el saber se fragmenta, Dios desparece del horizonte cultural y como consecuencia el hombre deja de sabér quién es, el autor intenta subrayar, desde el pensamiento de Romano Guardini,  el papel de Cristo en la recuperación del conocimiento del hombre sobre sí mismo y sobre el mundo. "La verdadera mirada sobre el mundo, y especialmente sobre el hombre, -escribe Fidalgo- exige una medida independiente del mundo, ajena a todo interés particular. Esta mirada pura sobre el mundo es la mirada de Cristo. 'Cristo es el gran contraste, ante el cual el mundo muestra su verdadero rostro'."(Fidalgo 2010, 16).

La obra se divide en cuatro capítulos.  El primero de ellos introductorio, dedicado a la vida, obra y estilo de pensamiento de Guardini. En veintidós páginas reseña brevemente su vida, producción bibliográfica y las grandes líneas interiores de su pensamiento, esto último muy necesario para quien desconozoca las preocupaciones, inquietudes y contexto cultural en el que se mueve nuestro autor. En el capítulo segundo y en el capítulo tercero el profesor Fidalgo se centra en algunos aspectos metodológicos. Concretamente en los siguientes: la teoría del contraste y la cosmovisión o Weltanschauung (capítulo dos) y del conocimiento religioso (capítulo tercero). De estos capítulos destacaría la exposición sobre la Weltanschauung en el pensamiento de Romano Guardini, el análisis de su visión de la Modernidad y las reflexiones sobre la analogía en el conocimiento religioso. El capítulo cuarto es una antropología teológica a la luz de Cristo desde el pensamiento de Romano Guardini. Evidentemente, este es el capítulo central de todo el escrito al que han estado dirigidos los anteriores. Cierra la obra, como es habitual en las tesis doctorales, un apartado dedicado a las conclusiones a las que ha llegado el autor en su investigación.

Debemos destacar como puntos muy positivos la referencia continua a las obras originales así como la bibliográfica final donde se exponen los originales de Guardini y su correspondiente traducción española. Posiblmente tengamos que volver a esta obra, una vez la haya leído con profundidad, pues el primer acercamiento realizado ha despertado mi interés acerca de algunos temas, sobre todo los referidos al conocimiento religioso.