Esta semana terminamos de considerar la relación de Guardini con los pontífices. El texto que sigue como los dos anteriores sobre Romano Guardini y los pontífices han sido redactados por el Prof. Dr. D. Carlos Alberto Sampedro a quine agradecemos su colaboración en este blog y las reflexiones que durante estas semanas nos ha ofrecido.
Romano Guardini y el Papa Francisco
El Papa Francisco |
De
Francisco los medios de comunicación se han encargado de construir una imagen a
partir de sus anécdotas como Arzobispo y ahora como Papa. En relación con
Guardini hay dos testimonios que los periodistas encargados de su biografía
traen a colación. El primero es la intención de Bergoglio de realizar un
trabajo doctoral en teología en 1986 y que tenía como tema el pensamiento de
Guardini. El segundo de ellos es la lectura de El Señor, la famosa obra cristológica
de Guardini, que según algunos de los biógrafos, Bergoglio solía recomendar.
Por lo pronto todo análisis resulta provisional, por lo menos hasta que
Francisco vaya dando pistas explícitas del papel de Guardini en su formación o
magisterio. Es así, que hasta el
momento, no es posible encontrar en el pensamiento de Francisco una influencia
de Guardini directa y estructural.
En
la famosa entrevista de la La Civiltà Cattolica del 19 de septiembre de 2013,
el Papa se refiere a varios autores que lo han interesado, pero no menciona
entre ellos a Guardini aunque el vaticanista Sandro Magister (2013) plantea
que Bergoglio habría tenido como libros
cercanos de Guardini, El Señor y el Contraste. Igualmente señala la que tesis
doctoral fue abandonada, y que finalmente el pensamiento de Romano Guardini no
dejó una huella duradera.
Por
otra parte, el periodista y escritor argentino,
Marcelo Larraquy (2013), Indica que a Bergoglio la teoría de El
Contraste le interesó por la forma en que relacionaba lo dinámico y lo estático
y las aplicaciones de esto a la vida espiritual. A diferencia de Magister,
señala que a pesar de no terminar la tesis doctoral, lo que habría podido dejar
una huella más visible, serían las enseñanzas sobre la libertad y la obediencia
aplicadas por Bergoglio en el ejercicio de la autoridad.
Más
allá de los análisis de vaticanistas o periodistas, es significativo encontrar
en los pocos meses de la Cátedra de Francisco algunas referencias a importantes
textos de Guardini utilizados en documentos de su Magisterio. Por ejemplo, en
el número 22 de Lumen Fidei, se alude textualmente a un pasaje del escrito La
esencia de la cosmovisión católica. El texto es el siguiente:
Romano Guardini |
“Se
entiende entonces por qué fuera de este cuerpo, de esta unidad de la Iglesia en
Cristo, de esta Iglesia que —según la expresión de Romano Guardini— «es la
portadora histórica de la visión integral de Cristo sobre el mundo» (Vom Wesen
katholischer Weltanschauung, 1923, en Unterscheidung des Christlichen.
Gesammelte Studien 1923-1963, Mainz 1963, 24.), la fe pierde su «medida», ya no
encuentra su equilibrio, el espacio necesario para sostenerse”.
En
el número 224 de Evangelii Guadium, un documento más propio de Francisco, aparece la siguiente referencia:
“A
veces me pregunto quiénes son los que en el mundo actual se preocupan realmente
por generar procesos que construyan pueblo, más que por obtener resultados
inmediatos que producen un rédito político fácil, rápido y efímero, pero que no
construyen la plenitud humana. La historia los juzgará quizás con aquel
criterio que enunciaba Romano Guardini: «El único patrón para valorar con
acierto una época es preguntar hasta qué punto se desarrolla en ella y alcanza
una auténtica razón de ser la plenitud de la existencia humana, de acuerdo con
el carácter peculiar y las posibilidades de dicha época» (Das Ende der Neuzeit,
Würzburg, p. 30-31.)”
También
en las Homilías, Francisco suele utilizar planteamientos de Guardini. Es el
caso de la homilía del 7 de abril de 2013, domingo de la Divina Misericordia,
el Papa Francisco (2013) cita a Guardini:
“Dios
siempre nos espera, no se cansa. Jesús nos muestra esta paciencia
misericordiosa de Dios para que recobremos la confianza, la esperanza, siempre.
Un gran teólogo alemán, Romano Guardini, decía que Dios responde a nuestra
debilidad con su paciencia y éste es el motivo de nuestra confianza, de nuestra
esperanza (cf. Glaubenserkenntnis, Würzburg 1949, 28). Es como un diálogo entre
nuestra debilidad y la paciencia de Dios, es un diálogo que si lo hacemos, nos
da esperanza.”
Lo
mismo ocurre en la misa Crismal del 2014
en la que el Papa alude a
Guardini sin referenciar alguna obra en específico:
“Por
fin, en este Jueves sacerdotal, pido al Señor Jesús que resplandezca la alegría
de los sacerdotes ancianos, sanos o enfermos. Es la alegría de la Cruz, que
mana de la conciencia de tener un tesoro incorruptible en una vasija de barro
que se va deshaciendo. Que sepan estar bien en cualquier lado, sintiendo en la
fugacidad del tiempo el gusto de lo eterno (Guardini). Que sientan, Señor, la
alegría de pasar la antorcha, la alegría de ver crecer a los hijos de los hijos
y de saludar, sonriendo y mansamente, las promesas, en esa esperanza que no
defrauda. (Francisco, 2014)”
Por
el momento se ve con claridad que Francisco, al igual que sus antecesores, ha
recurrido a Guardini para dar color a algunos de sus textos. Sin embargo, esto
no permite establecer que existe una influencia decisiva como pudiera pensarse
a partir del interés de realizar una tesis doctoral sobre la teología de Romano
Guardini.
El Papa Francisco |
Al
margen de estos aspectos de influencias académicas, si se analiza lo más
personal de cada una de estas figuras, sí es posible encontrar unas similitudes
o puntos de conexión entre ambas figuras.
En
primer lugar, la preocupación por el hombre: ambos tienen una visión
antropocéntrica y teologal desde la que se preocupan por la situación del
hombre en especial por el que se encuentra en peligro o el marginado. Las
alusiones de Francisco a los pobres y a
los débiles son copiosas, así como en Guardini es clara la defensa del prójimo
en peligro y de los seres humanos en gestación.
En
segundo lugar, se puede observar una especie de fe personalista, centrada en
una relación personal con Jesús, que se traduce en una vida dispuesta al
servicio en la iglesia, en el cual la teología es una práctica que se ancla en
la fe: creer y estar de rodilla, orar. Tanto Francisco como Guardini se alejan
de una visión intelectualista de la fe. Según el concepto del profesor López
Quintas (1998), Guardini más que un filósofo o teólogo es un maestro de vida
que huyó de todo academicismo formalista
y se interesó únicamente por la verdad. Los dos, tanto Francisco como Guardini,
tienen una concepción dialógica de la fe, que mueve a comunicar y entablar
dialogo con los grandes de la cultura, pero también con los hombres pequeños.
Esta
actitud de diálogo, se funda en la humildad, que intelectualmente se traduce en
apertura y reconocimiento de la propia contingencia para tratar los asuntos.
Señala el profesor Fayos (2010) que “la primera característica de los escritos de
Romano Guardini es la de encontrarnos delante de unos ensayos. Término que
aparece en varios de sus escritos, y concretamente en aquellos referidos al
tema de la persona” (p. 302). De ese modo los textos de Guardini se presentan
como intentos de aclarar o iluminar una cuestión en concreto. Los gestos de
Francisco y sus homilías, remiten a una
actitud humilde, de disponibilidad y aceptación. El modo de presentar las cosas
de manera humilde y sencilla es un elemento común ambos.
En
esa misma línea, el abordaje de las Escrituras está impregnado de los elementos
antes mencionados: amor por el hombre, fe centrada en el encuentro personal con
Jesús y humildad. A esto se suma el modo
original, sencillo y al mismo tiempo profundo de penetrar los textos bíblicos.
Francisco con sus audiencias y homilías, especialmente las de la casa Santa
Marta, presenta una predica cercana a la vida de las personas, así mismo
Guardini con sus predicas universitarias desarrolló un estilo cercano a la vida
de los jóvenes.
Otro
aspecto en el que puede verse algún tipo de conexión es el espíritu renovador,
que en Guardini se evidenció en la participación del movimiento litúrgico y en
Francisco se observa en una especie de revolución de las pequeñas cosas.
Francisco no aparece con un talante progresista, como tampoco lo hizo Guardini,
pero si propone una renovación de la Iglesia mirando la esencia del
Cristianismo que es Jesús mismo. Ambos espíritus reformadores, comparten la
fuente de la cual debe partir toda renovación: el Señor Jesús.
Edición alemana de El Señor |
No
se puede finalizar esta breve presentación sin anotar algunas palabras sobre la
obra que Francisco solía recomendar: El Señor. Esta obra es el fruto de la
actividad pastoral y la predicación de Guardini entre los años veinte y
treinta. La primera edición salió a la luz en 1937 y es sin duda su obra más
conocida. No se trata de una exegesis de los pasajes evangélicos ni de una
investigación histórico-crítica sobre la figura de Jesús, sino meditaciones
personales configuradas con ocasión de la predicación a jóvenes universitarios
en Berlín. Se trata entonces de una obra
para ser comunicada oralmente, para propiciar el encuentro con los oyentes. No
se compuso por lo tanto siguiendo un plan académico, sino una necesidad
pastoral y no se compuso tampoco siguiendo alguna tradición o línea
cristológica, sino la misma experiencia personal de Guardini. En esto hay una
similitud con Francisco: el Papa parte de un interés pastoral y no académico;
en cada homilía entabla una conversación en términos coloquiales usando
expresiones como “patear para arriba”, “hagan lio, salgan a las calles” o “no
existe la suegra perfecta”.
El
siguiente pasaje de El Señor, es propicio para terminar esta breve exposición
de la relación entre Pontificado y Guardini. Trata sobre el personaje del que el
actual Papa tomó su nombre:
“Humilde,
lo que se dice humilde, era Francisco cuando se inclinaba reverentemente ante los
pobres. No porque se rebajara hasta el nivel del desvalido para prestarle
ayuda, o porque su fina sensibilidad lo llevara a reconocer en él a un ser
humano, sino porque su espíritu, abierto a la iluminación de Dios, lo impulsaba
internamente a inclinarse ante la desgracia del pobre como ante un misterio
majestuoso. El que no sea capaz de percibir esta dimensión considerara a
Francisco de Asís como una persona extravagante. Pero, en realidad, lo único
que hacía era reproducir en su existencia el misterio mismo de Jesús” (Guardini,
2002, p. 399).
En
la medida que el Papa Francisco nos nutra con su magisterio, iremos encontrando
los puntos de conexión, o las posibles influencias de Guardini y otros
pensadores cristianos.
REFERENCIAS
Larraquy,
M. (2013). Recen por él: La historia jamás contada del hombre que desafía los
secretos del Vaticano. Buenos Aires: Sudamericana,
Magister,
S. (2013). Los nudos del pastor Bergoglio. En: http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350632?sp=y
Francisco
(2013). Homilía del Santo Padre Francisco, Basílica de San Juan de Letrán II
Domingo de Pascua o de la Divina Misericordia, 7 de abril de 2013. En http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2013/documents/papa-francesco_20130407_omelia-possesso-cattedra-laterano.html.
Francisco
(2014). Homilía del Santo Padre Francisco, Basílica Vaticana Jueves Santo, 17
de abril de 2014. En: http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2014/documents/papa-francesco_20140417_omelia-crisma.html
Francisco
(2013). Evangelii Guadium. Vaticano.
Quintas,
A. (1998). Romano Guardini, maestro de vida. Madrid: Palabra.
Fayos,
R. (2010). La noción de persona en Romano Guardini. Espíritu LIX (139),
301-319.
Guardini,
R. (2002). El Señor. Madrid: Cristiandad.
Prof. Dr. D. Carlos Alberto Sampedro
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