Romano Guardini |
Con la individualidad
ascendemos ontológicamente de nivel para situarnos en el ámbito de lo
biológico, en el mundo de los vivientes. A la unidad formal de la conformación se la une la
individualidad como unidad funcional, es decir, “unidad cerrada de estructura y
funciones” (Mundo y persona, 95). Los
seres vivos no están simplemente ahí como lo inerte, los vivientes se relacionan
con el mundo de manera peculiar, generando ámbitos de existencia, de la
totalidad del mundo le es propia y significativa una parte, la que le es
necesaria para vivir y que captan a través de sus órganos sensoriales. A este
ámbito Guardini lo denomina Umwelt (Cfr.
La existencia del cristiano, BAC,
Madrid, 1997, 100).
Pasamos al tercer estrato, la personalidad, que “(…) designa la conformación de la individualidad viva, en tanto que determinada a partir del espíritu” (Mundo y persona, 98). La vida determinada por el espíritu es capaz de autoconciencia y de la aprehensión del sentido. El dinamismo propio de lo espiritual se caracteriza por la apertura en el conocimiento y en el actuar. Se capta el sentido de las cosas, es decir, su ser al mismo tiempo que se actúa superando los condicionamientos instintivos y apareciendo y desplegándose un obrar creativo.
Pasamos al tercer estrato, la personalidad, que “(…) designa la conformación de la individualidad viva, en tanto que determinada a partir del espíritu” (Mundo y persona, 98). La vida determinada por el espíritu es capaz de autoconciencia y de la aprehensión del sentido. El dinamismo propio de lo espiritual se caracteriza por la apertura en el conocimiento y en el actuar. Se capta el sentido de las cosas, es decir, su ser al mismo tiempo que se actúa superando los condicionamientos instintivos y apareciendo y desplegándose un obrar creativo.
En resumen: la conformación es una unidad fundada en la configuración físico –
química de la realidad. La individualidad
es una unidad biológica, es decir, la configuración de un ente en su estructura
y actividad a partir de un centro vital. La personalidad es la unidad a partir de la espiritualidad que dota a
dicho ente de subjetividad, es decir, de un centro espiritual. En este sentido,
la personalidad está íntimamente ligada al concepto de sujeto. Cada estrato
queda integrado en el superior no cuantitativamente sino cualitativamente de
tal modo que estos tres estratos se presentan como una unidad formal. En ellos se
encuentra la persona, se sostiene la persona humana, pero en ellos no consiste
primordialmente la persona humana.
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