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lunes, 29 de octubre de 2012

Libertad y verdad en Romano Guardini

La semana pasada iniciamos la lectura de la conferencia Libertad que podemos encontrar en el libro Preocupación por el hombre (Editorial Guadarrama, Madrid, 1965, 127-142). Comentamos en esa ocasión las circunstancias históricas que dieron lugar a esta conferencia y nos detuvimos en el tema de la profesión que se aborda secundariamente y siempre en relación a la libertad. Hoy queremos centrarnos en la idea clave a partir de la cual Romano Guardini vertebra toda la conferencia: la libertad y su relación con la verdad. 

Al inicio de sus reflexiones nuestro autor se refiere a la libertad en términos generales, es decir, como la ausencia de coacción, sea del estado, de un individuo o de un grupo social, en el modo de conducirse en la vida siempre que en ello no perjudique al prójimo: "Soy libre en la medida que puedo hacer sin estorbos lo que corresponde a mi ser humano en la medida en que no daño el derecho análogo de otro" (Libertad en Preocupación por el hombre, 128). Sin embargo, no tarda mucho en entrar de lleno en lo que él va a considerar requisitos o presupuestos fundamentales de una libertad madura y responsable. Por ejemplo, cuando indica que la libertad no se realiza de manera pasiva, ha de ser buscada por sí misma y es tarea del individuo: "La libertad no se realiza por sí misma, sino que ha de ser deseada. Está cimentada en la disposición natural, madurada por la historia, garantizada por la ordenación de la comunidad, pero también es tarea y obra de cada individuo. No hay libertad pasiva" (Libertad en Preocupación por el hombre, 128). 

En este contexto de búsqueda y conquista de la libertad Romano Guardini introduce el elemento clave a partir del cual va a construir el pensamiento central de toda su conferencia: la convicción. Ahora bien, ¿qué se entiende en esta conferencia por convicción? El conjunto de principios éticos o valores morales a partir de los cuales un inidividuo maduro y responsable configura toda su existencia, es decir, el derecho 
"(...) a pensar sobre el sentido de la existencia tal como le parezca justo: a dar su juicio sobre vida y muerte, trabajo y propiedad, familia y Estado y todas las demás cuestiones posibles de la existencia, según lo requiera su conciencia de verdad; la posibilidad de decidir su propia opinión y vivir conforme a ella, dentro de las frontreras que establece el derecho análogo a los demás. Más aún: hay libertad cuando no sólo el individuo tiene la posibilidad de hacerlo así, sino cuando la actitud de la generalidad considera justo y hermoso que lo haga así, y lo aguarda para él" (Libertad en Preocupación por el hombre, 129).
Este tipo de convicción debe distinguirse de la despreocupación o de la arbitariedad en el pensar o en las simples opiniones sobre cuestiones políticas o de otra índole.  Se trata de que esas convicciones descansan sobre lo siguiente: "que haya una conciencia de que existe la verdad, un deseo de encontrarla y un empeño en defender lo reconocido." (Libertad en Preocupación por el hombre, 130). O dicho con otras palabras: "la libertad no es el derecho  la despreocupación ni  la arbitrariedad en la opinión, sino que descansa en una relación auténtica con la verdad" (Libertad en Preocupación por el hombre, 129).

Este es el requisito fundamental para que pueda darse. De este otro modo la libertad se convierte en mera propaganda política o en una quimera idealista. La libertad exige por parte del individuo, y también de la sociedad, el empeño serio y responsable por dilucidar y encontrar la verdad sobre las grandes cuestiones de la existencia humana. En opinión de Romano Guardini la ausencia de esto debilita al ser humano y lo predispone a la manipulación del totalitarismo estatal. Escuchemos a Guardini: 
 "Ese empeño es lo que da a la exigencia de la libertad el peso personal, que hace de ella algo más que la mera pretensión de seguir el humor de las ideas o poder repetir lo que ha dicho un compañero de la oficina. Sin ese empeño, se vacía. En lugar de la convicción, con su fuerza de carácter, aparece el azar de las opiniones del día, hasta que la falta de base interior se hace tan grande que pueden irrumpir la violencia política, la doctrina partidista y las prescripciones del Estado para decidir: ¡Tienes que pensar así! Entonces el hombre queda esclavizado, por bien que le vaya y por grandes que lleguen a ser sus logros en ciencia y técnica" (Libertad en Preocupación por el hombre, 130).
A partir de esta idea Romano Guardini analiza a libertad en la elección de la profesión, en la constitución de un matrimonio y familia, en la libertad de enseñanza,  en la misma democracia y la libertad de información. De todo ello esperamos hablar la próxima semana.

Otros textos sobre la libertad en las obras de Romano Guardini.
 Etica. Lecciones en la Universidad de Munich, BAC, Madrid, 2000, 116-120.
Cartas sobre la formación de sí mismo, Palabra, Madrid, 2000, 107-130.
Libertad y responsabilidad. La Rosa Blanca en Escritos Políticos, Palabra, Madrid, 2012, 13-25.

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