Un blog de filosofía, y menos este, no debe articularse a partir de la actualidad que nos ofrecen a diario los mass media. Pero no podemos dejar de referir el hecho de que ayer, en las últimas palabras que dirigió Benedicto XVI a los cardenales citara, en relación a la Iglesia, a Romano Guardini. Con ello queremos hacer nuestro homenaje particular a Benedicto XVI, que renunciando ayer al papado, se convertía, y cito literalmente sus palabras, "simplemente en un peregrino que inicia su última etapa en esta tierra". Extraigo aquí y expongo lo que dijo a los cardenales citando a Guardini:
Querría dejarles un pensamiento simple que llevo en el corazón, un pensamiento sobre la Iglesia, sobre su misterio, que constituye para todos nosotros, podemos decir la razón y la pasión de la vida.
Me ayudo con una expresión de Romano Guardini, escrita justamente en el año en el Concilio Vaticano II, aprobaba la constitución Lumen Gentium. Un último libro con una dedicatoria personal para mí, por lo que estas palabras en este libro me son muy queridas.
Decía: “La Iglesia no es una institución elucubrada y construida calculadamente. Es una realidad viviente, ella vive a lo largo del curso del tiempo para volverse, como cada ser viviente, transformándose, y aún así en su naturaleza se queda siempre la misma, y su corazón es Cristo."
Era, me parece, nuestra experiencia de ayer en la plaza, ver que la Iglesia es un cuerpo vivo, animando por el Espíritu Santo, que vive realmente de la fuerza de Dios. Ella está en el mundo pero no es del mundo. Es de Dios, de Cristo, del Espíritu Santo. Lo hemos visto ayer.
Por ello es verdadera y elocuente otra expresión de Guardini: 'La Iglesia se despierta en las almas'. La Iglesia vive crece y se despierta en las almas que como la de la Virgen María acogen la palabra de Dios y la conciben por obra del Espíritu Santo. Ofrecen a Dios su propia carne y justamente en su pobreza y humildad se vuelven capaces de generar a Cristo hoy en el mundo.
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